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Descripción

Este libro sobre neuroventas es una conclusión de varios años de

estudios centrados en entender cómo funciona la mente humana en los

procesos de venta. Durante mucho tiempo he hablado de cómo hacer

publicidad y branding más efectivos, mejores productos y conceptos, así

como innovaciones estratégicas y valiosas, pero frecuentemente los equipos

de ventas me decían: «Queremos saber cómo vender más porque de eso

vivimos».

Creo que todos en el mundo deben aprender a vender, porque quien no

sabe hacerlo no consigue nada, ni siquiera pareja, así de sencillo. No

importa si te dedicas a la medicina o a la venta de pisos, si diriges una

empresa o lideras una organización, ante todo debes saber vender, ya sea

tus conocimientos, tus ideas, tus productos o bien tu liderazgo. No cabe

duda de que el arte de saber vender deja mucho en la vida porque te ayuda

a lograr las cosas de forma más rápida y efectiva, y sin tanto desgaste.

Este libro resulta interesante para personas como tú, que entienden la

importancia de poder comunicarse y conectar de manera efectiva con los

demás, como estrategia para lograr que el producto o servicio que ofreces

impacte de manera positiva, para generar mayor cercanía y aceptación. La

fisiología de las mujeres y de los hombres es diferente, y también lo son los

comportamientos y procesos cognitivos de nuestros cerebros. Cuando, en

los ejemplos que incluyo, simplifico y generalizo las diferencias entre los

comportamientos masculino y femenino ante una venta, lo hago

únicamente para ilustrar mis conclusiones.

¡HOLA, COMMODITY!

Antes que nada, hay que entender un concepto primordial: hoy

estamos rodeados de commodities. ¿Y qué significa eso? En la economía, se

conocía como commodities a los productos básicos o materias primas

provenientes de la naturaleza, como el agua, el arroz, el trigo o el petróleo,

 

por citar algunos ejemplos. En su momento, las mercancías creadas por el

hombre no eran commodities, pero en la actualidad estos productos se van

comoditizando; es decir, se convierten en elementos indispensables en la

medida en que se vuelven masivos y no diferenciables entre sí.

Cuando esto sucede, no importa qué vendas, eres percibido igual que

tu competencia. En este mundo lleno de información, existe un empate

entre capacidades tecnológicas e industriales, por eso es realmente muy

difícil decir «yo soy diferente» u «ofrezco algo distinto». Aunque lo fueras o

lo tuvieras, es más complicado aún comunicarlo y que la gente te crea.

Qué mejor ejemplo que el teléfono móvil Xperia Z2, de Sony, un

aparato espectacular que te permite bucear y hacer fotos bajo el agua.

Aunque posee características muy superiores al Galaxy o iPhone 5, la gente

apenas lo conoce y pocos lo compran.

Lo que pasa es que ahora todo es un commodity. Ponte a pensar en los

móviles: Samsung Galaxy S5, iPhone 6, Sony Xperia, Nokia... ¡Todos son

más o menos lo mismo! A uno se le acaba la batería a las 6:30 de la tarde y

al otro a las 7:20 de la noche. Un poquito más o un poquito menos, algún

detalle en la pantalla, pero finalmente todos los teléfonos móviles son muy

similares, o por lo menos sus fabricantes destacan siempre los mismos

elementos.

Por ejemplo, el mercado automotriz: es increíble ver cómo se ha

comoditizado. Seguramente te ha pasado alguna vez que has visto un coche

atractivo y tienes que acercarte a medio metro para saber de qué marca es.

Antes eso no ocurría, tú veías un automóvil a doscientos metros y sabías si

era Mercedes Benz, Audi o BMW, pero hoy no lo puedes determinar con

certeza. Ahora ves uno que parece un Audi, te acercas y es un Kia. Sucede

todos los días porque hay un exceso de productos comoditizados.

Recuerdo que, en una de mis conferencias, una de las oyentes me dijo

que vendía servicios de gestión de residuos, es decir, basura. Yo le pregunté

si tenía competencia, ella me respondió: «No al mismo nivel, pero sí en

cosas muy parecidas». Si al referirse a «cosas muy parecidas» está

afirmando que es prácticamente lo mismo y que aun ella, como vendedora,

no puede establecer diferencias, entonces se trata claramente de

commodities.